Era una tarde de cielo rojizo y caliente, esas que trae verano al final del día. Daniel se encontraba jugando en su piscina que el mismo había creado, al igual que la mayoría de niños que usan su creatividad para recrear el ambiente que los rodea en el mejor escenario como para librar una batalla entre monstruos y superhéroes. De repente una voz gruesa y vigilante le decía- “Cuidado!!! Danielito, no juegues con agua que te acabas de cambiar de ropa”. Entonces Danielito inflo sus cachetes y exhalo un suspiro de impotencia ante la negativa por parte de su madre en dejarlo jugar en su piscina que el mismo había creado en una tina grande en la que solían bañar a su hermanita menor y ahora era escenario de una guerra entre piratas.
Con la mirada baja se fue a la cocina lugar de donde provenía la voz gritona, entonces nuevamente esta decía “Quédate en un lugar donde no te pierda de vista!!!”. A sus cortos 6 años entendía que era la voz que tenía que obedecer, pero ya en la cocina no podía dejar de imaginar cosas. Ahora se encontraba en una ciudad del futuro, imaginaba que la refrigeradora era un gran rascacielos y los aparatos que estaban eran torres de control de donde vigilaban a los aviones que sobrevolaban a la ciudad. Entonces cogió la tapa de un olla e imagino que era un platillo que sobrevolaba la orbe, imaginaba sus maniobras de vuelo mientras corría por toda la cocina, a su vez recibía órdenes de las torres de control- “ Alerta!! Alerta!!, se acerca un misil enemigo, nave preparada para la destrucción del misil” . Con las manos ocupadas, una con la tapa de la olla y otra un tenedor que era el misil enemigo que estaba a punto de colisionar. Y de repente nuevamente esa voz, “Danielito!!!!!! te eh dicho que no juegues en la cocina, te vas hacer daño”. Danielito solo atino a dejar las cosas en su lugar y sentarse en la mesa con las manos cruzadas, solo pensaba porque no era más grande para jugar como él quisiera o como no era adulto para comprarse todos los juguetes que tanto quería.
Muchas veces aun adultos todavía tenemos esa voz que nos dice que hacer, probablemente ya no sea la mamá de Danielito quien lo haga pero encontramos tantos altos en nuestra vida cotidiana que provienen de prejuicios sociales o etiquetas impuestas con el fin de llevar entre comillas una mejor vida, entre ellos muchos ideales de conducta ejemplar impuestos por el tipo de trato o costumbre. Por ejemplo porque cuando hablas de dibujos animados a tus 28 años te dicen “ ¿Qué?!!!!No tuviste infancia”, peor aun cuando quieres aprender a tocar algún instrumento que nunca cogiste en la vida y teniendo 35 años te dicen “eso lo debiste hacer cuando eras joven, ahora no podrás aprender” y ni que decir si uno mismo se lo dice “ya no estoy en edad para aprender esto”. Porque creer que tu etapa en la que tenias que cambiar o mejorar algo sobre tu conducta ya paso y que te quedaras así por el resto de tu vida.
Porque que nuestro ser( alma, espíritu o lo que sea) tiene que envejecer al igual que nuestros cuerpo, conservemos al niño que llevamos dentro y dejemos que nuestra imaginación, alegría, y fuerza siga siendo participe de nuestra vida, hagamos lo que nos gusta sin hacer daño al resto….
Porqué creer que ser adulto es poner cara seria y llevar saco y corbata, porque no tener ese niño adentro que a pesar de los años nos haga ver la vida con alegría y buen sentido de humor y solo así sentir menos las cosas que puedan lastimarnos
Porque nuestras peleas con nuestros seres amados (algunos casos pareja sentimental o familia) tiene que durar una eternidad y no sobrellevarla como la pelea de niños…..siendo adultos a veces somos más rencorosos o demasiados orgullosos para pedir perdón… entiendo que los problemas entre niños y adultos no son los mismos pero siendo adultos tenemos la posibilidad de comprender mejor las cosas….
Con la mirada baja se fue a la cocina lugar de donde provenía la voz gritona, entonces nuevamente esta decía “Quédate en un lugar donde no te pierda de vista!!!”. A sus cortos 6 años entendía que era la voz que tenía que obedecer, pero ya en la cocina no podía dejar de imaginar cosas. Ahora se encontraba en una ciudad del futuro, imaginaba que la refrigeradora era un gran rascacielos y los aparatos que estaban eran torres de control de donde vigilaban a los aviones que sobrevolaban a la ciudad. Entonces cogió la tapa de un olla e imagino que era un platillo que sobrevolaba la orbe, imaginaba sus maniobras de vuelo mientras corría por toda la cocina, a su vez recibía órdenes de las torres de control- “ Alerta!! Alerta!!, se acerca un misil enemigo, nave preparada para la destrucción del misil” . Con las manos ocupadas, una con la tapa de la olla y otra un tenedor que era el misil enemigo que estaba a punto de colisionar. Y de repente nuevamente esa voz, “Danielito!!!!!! te eh dicho que no juegues en la cocina, te vas hacer daño”. Danielito solo atino a dejar las cosas en su lugar y sentarse en la mesa con las manos cruzadas, solo pensaba porque no era más grande para jugar como él quisiera o como no era adulto para comprarse todos los juguetes que tanto quería.
Muchas veces aun adultos todavía tenemos esa voz que nos dice que hacer, probablemente ya no sea la mamá de Danielito quien lo haga pero encontramos tantos altos en nuestra vida cotidiana que provienen de prejuicios sociales o etiquetas impuestas con el fin de llevar entre comillas una mejor vida, entre ellos muchos ideales de conducta ejemplar impuestos por el tipo de trato o costumbre. Por ejemplo porque cuando hablas de dibujos animados a tus 28 años te dicen “ ¿Qué?!!!!No tuviste infancia”, peor aun cuando quieres aprender a tocar algún instrumento que nunca cogiste en la vida y teniendo 35 años te dicen “eso lo debiste hacer cuando eras joven, ahora no podrás aprender” y ni que decir si uno mismo se lo dice “ya no estoy en edad para aprender esto”. Porque creer que tu etapa en la que tenias que cambiar o mejorar algo sobre tu conducta ya paso y que te quedaras así por el resto de tu vida.
Porque que nuestro ser( alma, espíritu o lo que sea) tiene que envejecer al igual que nuestros cuerpo, conservemos al niño que llevamos dentro y dejemos que nuestra imaginación, alegría, y fuerza siga siendo participe de nuestra vida, hagamos lo que nos gusta sin hacer daño al resto….
Porqué creer que ser adulto es poner cara seria y llevar saco y corbata, porque no tener ese niño adentro que a pesar de los años nos haga ver la vida con alegría y buen sentido de humor y solo así sentir menos las cosas que puedan lastimarnos
Porque nuestras peleas con nuestros seres amados (algunos casos pareja sentimental o familia) tiene que durar una eternidad y no sobrellevarla como la pelea de niños…..siendo adultos a veces somos más rencorosos o demasiados orgullosos para pedir perdón… entiendo que los problemas entre niños y adultos no son los mismos pero siendo adultos tenemos la posibilidad de comprender mejor las cosas….
No dejemos que el estrés y la rutina se conviertan en parte de nuestra personalidad, que las comentarios “ al que dirán” no imposibiliten nuestro accionar, que el enojo y el fastidio no reprima el deseo de aventura, y pasión por las cosas al igual que muchos niños….
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